Aunque España es uno de los países de Europa con más predisposición a comprar una vivienda, durante los últimos tiempos ha aumentado el número de personas que se decantan por alquilar una. Pero, ¿alquilar o comprar? Es la eterna pregunta que se hacen muchos jóvenes (o no tan jóvenes). Lo cierto es que no tenemos una respuesta correcta para esto, pues depende de las necesidades de cada uno, así como de nuestra situación económica. No obstante, te comentaremos ciertas cuestiones cruciales a tener en cuenta para tomar una decisión. ¡Empezamos!
1. ¿Tenemos ahorros?
La compra de una vivienda requiere de un desembolso inicial considerable. Además, a esto se le suma la cuota mensual de la hipoteca de la casa o el mobiliario, entre otros costes. En muchas ocasiones no se trata de tener unos ingresos recurrentes en la cuenta, sino de tener una cantidad importante de ahorros para hacer frente a esta primera transacción.
Por otro lado, el alquiler nos permite eludir un endeudamiento con el banco. Es precisamente por esto por lo que el arrendamiento de una vivienda se presenta para los jóvenes profesionales como la única opción. Es así como se nos ofrece la oportunidad de disfrutar de una vivienda que en otras circunstancias no podríamos permitirnos comprar.
Pues, sin una fuente de ahorros y/o ingresos recurrentes muchas personas, en particular los jóvenes, no pueden permitirse asumir la responsabilidad de abonar mensualmente una cantidad durante un largo periodo de tiempo. Esto último nos traslada a otra cuestiones, si no tenemos una fuente de ahorros, ¿tenemos al menos una fuente de ingresos recurrente?
2. ¿Tenemos una fuente de ingresos?
Para poder solicitar una hipoteca uno de los primeros requisitos del banco será la comprobación de nuestra nómina. Mediante esta podrán conocer si tenemos ingresos estables, así como nuestras posibilidades de mantener nuestra actividad profesional. Será más complicado que nos concedan un préstamo en el caso de que no podamos demostrar esto.
3. ¿Compromiso a corto plazo o a largo plazo?
Solicitar una hipoteca supone una limitación de nuestra movilidad. Si estamos pensando en cambiarnos de municipio, o incluso de provincia, en un corto o medio plazo, puede que comprar una vivienda no sea nuestra primera opción. Además de la situación económica comentada anteriormente, esta es otra de las motivaciones para que los jóvenes profesionales se decanten por el alquiler de un piso.
4. Informarnos del precio de la vivienda
Si queremos que la compra de una vivienda sea rentable, debemos tener en cuenta las fluctuaciones del mercado. Puede que la actual crisis sanitaria, social y económica de incertidumbre no sea el momento para adentrarse en el mercado inmobiliario. También pueden influir los cambios regulatorios que pueden producirse dentro de poco tiempo. Por lo tanto, deberás estar alerta a los cambios y/o oportunidades que puedan surgir.
Recomendamos usar el simulador de Finect, que nos permitirá poder comparar las cifras de ambas opciones.