En España, el envejecimiento de la población es una realidad cada vez más evidente. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 20% de la población española tiene más de 65 años, y esta cifra sigue creciendo. Este grupo, que ha sido tradicionalmente uno de los más vulnerables, enfrenta una preocupación creciente: la pobreza.
El porcentaje de personas mayores en situación de pobreza o riesgo de exclusión social ha ido en aumento en los últimos años. Según el Informe FOESSA 2022, alrededor del 16,5% de las personas mayores de 65 años en España viven por debajo del umbral de la pobreza. Este porcentaje varía en función de la zona geográfica, siendo más alto en regiones como Andalucía, Extremadura o Murcia, donde el índice de pobreza entre los mayores supera el 20%. Estos datos son preocupantes, ya que reflejan una gran vulnerabilidad económica en uno de los sectores más importantes de la población.
Uno de los indicadores clave para medir la pobreza es el umbral de pobreza, que se define como el 60% de la mediana de ingresos disponible. Para el año 2023, este umbral se fijó en 9.535 euros anuales para una persona que vive sola, y en 20.024 euros para hogares compuestos por dos adultos y dos menores.
Existen varios factores que contribuyen a que una proporción significativa de las personas mayores en España se encuentren en situación de pobreza:
La pobreza en la vejez tiene profundas repercusiones, no solo económicas, sino también en el bienestar físico y emocional. Las personas mayores en situación de pobreza a menudo enfrentan dificultades para acceder a servicios de salud de calidad, y muchas veces se ven obligadas a elegir entre comprar alimentos o medicamentos.
Esta vulnerabilidad económica también está relacionada con la soledad. Según un informe de Cáritas, más del 20% de los mayores que viven en situación de pobreza se sienten aislados socialmente. La falta de recursos económicos limita su capacidad de participar en actividades sociales o culturales, lo que refuerza el ciclo de exclusión y aislamiento.
En respuesta a esta situación, el gobierno ha implementado varias medidas para mejorar las condiciones económicas de las personas mayores. Entre ellas se encuentran:
El envejecimiento de la población en España plantea un desafío a largo plazo. Se estima que para 2050, más del 30% de la población tendrá más de 65 años. Este aumento exponencial exige políticas públicas más robustas para evitar que un mayor número de personas mayores caigan en la pobreza.
El envejecimiento activo y políticas de inclusión social serán claves para reducir la pobreza en este grupo. Además, será fundamental abordar las desigualdades de género en las pensiones y asegurar que los mayores tengan acceso a servicios básicos, como la vivienda, la salud y la alimentación.
Kuvu ofrece una solución innovadora para ayudar a las personas mayores a enfrentar los retos económicos a través de su programa de convivencia intergeneracional. Este programa conecta a personas mayores que tienen espacio en sus hogares con jóvenes que buscan alojamiento a precios accesibles. De este modo, los mayores pueden obtener un ingreso extra por compartir su vivienda, al mismo tiempo que se benefician de una compañía que combate la soledad. Además de aliviar las tensiones económicas, Kuvu promueve la creación de lazos entre generaciones, lo que refuerza el apoyo social y emocional para ambas partes. Esta forma de convivencia no solo ayuda a mejorar la economía personal de los mayores, sino que también ofrece una oportunidad para un envejecimiento más activo y conectado. Más información en la web.
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